El escultor Perilaos entre 570-560 a.C. realizó por orden del tirano Falaris, un toro de bronce en el que cabía un hombre entero en su interior. Cuando encendían un fuego debajo del toro, el que estaba dentro era asado vivo y sus voces se escuchaban, a través de un mecanismo especial, como el bramido del toro.
Cuando presentó por primera vez su invento al tirano de Acragantas de Sicilia, ordenó que pusieran a Perlao dentro del toro y fuera su primera víctima. Fue un final apropiado para el inventor de una máquina tan diabólica. Seo de Tortura en Brujas, Bélgica.