En 1920, Howard Carter encontró la momia gigante y muchos artefactos similares durante la excavación de una tumba en Egipto. Esto fue ocultado por arqueólogos y autoridades.

La década de 1920 marcó un período notable en la arqueología, ya que las expediciones a Egipto revelaron descubrimientos asombrosos, incluidas momias de faraones que se creía eran de estatura gigantesca. Estas figuras de gran tamaño desafiaron las posiciones convencionales y añadieron una capa de mística a la interpretación de los gobernantes egipcios.